Unos minutos para dialogar con "El hombre en llamas"

Judith Morán

"(José Clemente) Orozco fue un muy buen pintor y pude compartir mis intereses con él".

El mensaje escrito por Mariana se puede leer en una hoja colgada en el Instituto Cultural Cabañas. En el mismo tablero hay dibujos de José Clemente Orozco y de El hombre en llamas hechos por niños.

Se trata de la exposición Si yo fuera Orozco, la cual estará hasta el 30 de abril y en cuya concepción participó un grupo multidisciplinario que se hace llamar Múcura.

La exposición está dirigida a los niños, pero también a quienes por primera vez quieran acercarse a la obra del muralista.

"Áreas como educación, historia del arte, diseño y arquitectura se unen en el tema de la museografía", explica Brenda Valdés Rosas, egresada de Ciencias de la Educación, profesora y coordinadora Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) "Museos y comunidad", en el ITESO.

 "(La exposición) es interactiva, lúdica y didáctica dentro de una línea que el Cabañas ya se comprometió: tener un espacio dedicado a niños", cuenta Valdés, quien trabaja con las también egresadas Brenda Solís y Laura Maceira, de Diseño, y Margarita de Silva, de Arquitectura.

¿Cómo armaron la exposición?

Lo que hicimos fue pensando en generar una empatía entre el niño, el visitante y el artista, que conocieran sus procesos, sus técnicas, las diferentes herramientas que utilizó y el contexto histórico en el que vivió. No se sale de la exposición siendo un especialista, porque es más para entender todo lo que rodea a un artista y también hacerlo humano.

Hay obra original de Orozco y decidimos poner sus bocetos con la idea de ver ese ensayo que tiene un artista. En los murales vemos terminado el caballo bicéfalo, pero antes de eso hubo mucho ejercicio, trabajo, planeación, composición, etcétera.

¿Por qué el foco en los niños?

Porque esto es parte de formación de públicos. Los niños, desde temprana edad, tienen esa curiosidad por aprender más de lo que tienen enfrente para reflexionar sobre eso.

La intención es que la exposición sea accesible, que se aprenda a través del diálogo, apostarle a que los niños complementen su formación.

¿Qué respuesta han tenido?

La gente está muy agradecida al tener un espacio más de juego o menos formal para el aprendizaje. Se tiene una curaduría, obra, espacios donde pueden escuchar audios, sentarse y leer o jugar.

Desde el principio pensamos que fuera una exposición incluyente, que pudieran integrarse personas con discapacidad visual o discapacidad auditiva. También tuvimos varias sesiones de capacitación con los guías para que ellos puedan ser mediadores.

¿Qué destino tendrá Si yo fuera Orozco?

Va a ser una exposición itinerante. Se termina en Guadalajara y posiblemente la siguiente sede sea San Ildefonso. Hay otras sedes que se están negociando como Ciudad Guzmán.

La idea es hacer a Orozco más visible, parte de la preocupación del Cabañas era que a otros artistas se les ha dado más visibilidad internacional por muchas razones y está este sentimiento de que ¿por qué a Orozco no tanto?